Si rompemos barreras y dejamos de pensar solo en los ‘síntomas’ y, empezamos a buscar metas socialmente válidas, es decir, funcionales, respetando la individualidad, es posible que la esperada inclusión no esté tan lejos.
Por lo general, cuando se habla de las alteraciones del desarrollo, y dentro de ellas, del Trastorno del Espectro Autista (TEA), se suele enfatizar en los aspectos que no lograría o tendría dificultades para efectuar, por ello, quiero comenzar estas líneas con una primera idea esencial… ¡El reconocimiento de una persona con TEA, no se puede reducir a sus dificultades! sino, es importante dirigir nuestra mirada hacia todas aquellas (que en definitiva posee) habilidades y capacidades que le van a permitir adaptarse al entorno.
¿Cómo se va a conseguir? Y aquí viene la segunda idea...a través de los contextos. Posiblemente, esto es lo más importante. ¿Qué quiere decir? Una alteración del desarrollo, en este caso, el TEA, no puede ser explicado, únicamente desde la persona que la manifiesta, sino, es necesario comprender, que es el fruto de la interacción entre esta persona y el entorno.
Lo que estoy diciendo, y que se escriba con mayúscula, es que EL CONTEXTO TIENE UNA INFLUENCIA DECISIVA EN EL FUNCIONAMIENTO DE LA PERSONA CON TEA.
Es decir, en la medida que éste pueda entregar apoyos significativos (otra idea de este texto) la persona con TEA va a conseguir lo que todos queremos…una vida plena!!!.
Por lo tanto, uno de los grandes retos, radica en la capacidad que podamos desarrollar para atender al contexto, para analizarlo de forma eficaz y por qué no, para desarrollar la habilidad suficiente para transformarlo. Para ello, es imprescindible interiorizar el paradigma de los apoyos (visuales, gestuales, personales, etc.) que, sin lugar a dudas, permitirá a la persona con TEA hacer muchas más cosas de las que, probablemente, inicialmente no se esperó.
De tal manera, y también que se escriba en mayúsculas, QUE IMPORTANTE ES ENFATIZAR EN LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS APOYOS Y NO EN LAS CARACTERÍSTICAS DEL TRASTORNO.
Así pues, si rompemos barreras y dejamos de pensar solo en los ‘síntomas’ y, empezamos a buscar metas socialmente válidas, es decir, funcionales, respetando la individualidad, es posible que la esperada inclusión no esté tan lejos.
Entonces, a desarrollar contextos estructurados, comprensibles y predecibles, y usemos apoyos flexiblemente, de modo que le otorguemos a las personas con TEA, estrategias con las que pueda interpretar, prever y manejar su futuro.
Conoce más de la diplomatura de Especialización en Autismo y Síndrome de Asperger PUCP - CPAL