Como parte de la campaña por el día Internacional de la Concienciación sobre la Tartamudez, les pregumtamos a algunos de nuestros pacientes de la Unidad de Habla en el Instituto de Diagnóstico y tratamiento: ¿Qué sientes al saber que eres una persona que tartamudea? Y estas fueron sus respuestas:
“Al saber que soy una persona que tartamudea, no me siento ni bien ni mal. Al contrario, sé que es una prueba de la vida que tengo que superar día a día y con constancia de trabajo. La tartamudez se ha vuelto como una compañera para mí y no me avergüenza tenerla. He experimentado mucho con ella y me ha enseñado muchas cosas valiosas”.
Gianfranco, 12 años.
“Mi primer recuerdo de tartamudear fue cuando era muy pequeña. Pensaba que la tartamudez era algo psicológico y no del habla específicamente, porque eso te decía la mayoría de personas, que tartamudeas por susto o porque que te pones nerviosa. Nunca supe que era porque una es así. Mis experiencias anteriores no fueron buenas, ninguna me tranquilizaba, al contrario, me sentía mal y me estresaba. A donde yo iba no se centraban en el habla como en el CPAL, se dedicaban a otras cosas, más no el habla. Se centraban en la psicología y eso, porque pensaban que yo tenía algo más grave que la tartamudez.
Yo les diría a las personas que tartamudean que la tartamudez no es algo grave, es algo que Tú haces, pero no es algo por lo que debas avergonzarte, porque es algo tuyo. Tienes que aprender a valorarte a ti mismo, y no sentir que es tu culpa si tartamudeas. Si la gente que no te acepta, no importa, eres Tú”.
Victoria, 10 años.
“Creí que estaría tartamudeando para siempre . Me ponía a pensar por qué me pasaba esto: si era por miedo, ansiedad, depresión, trauma, una experiencia marcada o cuantas otras cosas más. Después comprendí, que lo que sentía era miedo a la reacción de las personas al verme tartamudear.
Lo valioso y lo recalco es: Solo sé tú mismo, no seas lo que otros esperan de ti. Porque al final, es tu propia vida y tú mismo decides si inspirar a otros o no. Se tú mismo”.
Diego, 17 años.
Asimismo, también preguntamos a los padres de familia de nuestros pacientes: ¿Qué siente al saber que es madre/padre de un niño/a que tartamudea? Compartimos sus testimonios.
“La sociedad en la que estamos, actúa muchas veces irresponsablemente; lastimando y dañando la autoestima de niños, jóvenes y adultos que tartamudean. Todo lo cual, no es solo por la falta de conocimiento sobre la tartamudez, sino por la falta de valores como el respeto, la empatía y el amor. Ánimo a todos los padres que saben que su niño tiene un diagnóstico de tartamudez, a confiar en los especialistas del CPAL, a oír sus consejos y ponerlos en práctica, así como, a compartir con ellos sus dudas. Cada niño es un universo diferente que debe ser tratado también de una manera diferente”.
Sinceramente, una mamá agradecida.
“Mi primera reacción fue quedarme en shock!.…estaba en negación buscando más de una opinión médica para el diagnóstico. Finalmente llegué al CPAL y con el informe, video y explicación de la especialista corroboraron la disfluencia. Me frustré pensando cuál había sido el motivo; si algo hereditario, el embarazo, algún susto. Me asustaba que no pudiera revertirse y solo pensaba en cómo enseñarle a mi hijo a ser más que esta disfluencia para que nadie le
haga sentirse mal.Cuando terminamos de aceptyar lo sucedido, decidimos poner todo el empeño en las terapias para que pueda superarlo y asumimos el compromiso en dar todo para que se revierta y así tener herramientas para nuestro hijo y para nosotros como padres. ¡No es fácil! Cuando existen semanas de crisis, el miedo y la angustia vuelve a surgir pero ayuda muchísimo que las especialistas nos den la calma que hasta ahora nos han dado: puede dar pasos hacia atrás, pero nunca más como estaba inicialmente”.
Angela, mamá de Mathew.
“Como madre es una preocupación que mi menor hijo sea una persona disfluente. Sé que con el tiempo él va a tener que participar y/o afrontar distintas situaciones como: entrevistas para postular a un instituto armado o exposiciones en la universidad y quisiera que pueda tener la confianza para poder explayarse todo lo necesario”.
Mamá de Andres (16 años).
“Quisiera que alguien venga y con un examen mágico y me diga el por qué, la razón y el día exacto en que esto se irá para siempre. Al pasar ya casi tres años, acompañando y trabajando día a día en las terapias de Santiago, veo feliz a mi hijo: baila, canta, encanta, disfruta la vida y sobretodo ¡¡ habla sin parar!!!! A veces me llegan las dudas y por qué no la tristeza; pero sé que esto no disminuirá en nada la grandeza de mi hijo."
Carmen, mamá de Santiago.
Nosotros como padres nos sentimos muy preocupados y no sabíamos como actuar con la tartamudez de nuestra niña. Por eso acudimos a CPAL para que sea evaluada, nos recomendaron terapias en la fluencia del habla.
Las terapias ayudaron mucho a nuestra niña, vimos cambios en la fluencia de su habla, nuestra familia también se involucra siguiendo las recomendaciones de la especialista.
Es muy importante incorporar estas recomendaciones en sus actividades cotidianas de nuestra niña, así como modelar un habla lenta y suave. Y evitar apurar la realización de las actividades.
Rocío, mamá de María Celeste (5 años).