El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), es un trastorno que retrasa la adquisición y el desarrollo del lenguaje a nivel comprensivo y/o expresivo. Según estudios, alrededor del 2% al 5% de la población lo padece y la prevalencia de aparición es mayor en niños que en niñas.
El lenguaje es muy importante para el desarrollo del niño y se inicia desde los primeros meses de vida al comprender lo que sucede a su alrededor para posteriormente dar sus primeras palabras. En el pase de comprender y luego expresarse le permite relacionarse con los demás y seguir aprendiendo. Este desarrollo se va completando hacia los 6 años, sin embargo, algunas veces se ve afectada por problemas que sugieren una evolución diferente a lo esperado. Un ejemplo de ello es el caso de Nicolás:
Nicolás es un niño que le gusta jugar con sus carros y ver programas de televisión, como la mayoría de niños. Los padres mencionan que sus primeras palabras como “mamá” y “papá” las dio hacia los 2 años y medio. Alrededor de los 3 años, decía sus primeras frases pero omitía algunas palabras, por lo que no se le entendía; además, parecía no comprender ciertas indicaciones de la maestra. Los padres acuden a realizar diversas evaluaciones y luego de seguir un año de terapia de lenguaje, a los 5 años comprueban que el niño presenta un Trastorno Específico del Lenguaje (TEL).
El TEL, es un trastorno que retrasa la adquisición y el desarrollo del lenguaje a nivel comprensivo y/o expresivo. Es decir, el niño no adquiere el lenguaje como se espera, sin embargo el progreso de las otras áreas ocurre con normalidad. Según estudios, alrededor del 2% al 5% de la población lo padece y la prevalencia de aparición es mayor en niños que en niñas. Las dificultades se presentan durante los primeros años de vida, cuando se desarrolla el lenguaje, no obstante, el diagnóstico se corrobora sólo después de los 5 años. Cabe resaltar, que el TEL es un trastorno que acompañará al niño a lo largo de su vida, manifestándose de diferentes formas, incluso afectando su ritmo de aprendizaje.
¿Qué señales de alerta debemos tener en cuenta antes de los 5 años?
- Retraso en la aparición de las primeras palabras (esperadas hacia los 12 meses) y en general un desarrollo del lenguaje lento en comparación a los niños de su edad.
- Dificultades para entender palabras, frases y/o instrucciones simples o que involucren acciones con objetos.
- Escaso vocabulario y dificultades para decir la palabra correcta: “ropa” por “pantalón”, “león” por “tigre”, entre otros.
- Problemas en la comprensión de preguntas, respondiendo incluso con palabras, frases o preguntas dichas por otros. Por ejemplo, si el adulto pregunta: ¿Cómo te llamas? el niño contesta ¿Cómo te llamas?
- Cambia el orden de las palabras en las oraciones: “sale perro” por “el perro sale”
- Alta frecuencia de frases simples hacia los 4 años: “Ellos comen” por “Mamá y papá comen torta en la cocina”
- Uso frecuente de oraciones fragmentadas: “Vamo cae” por “Mamá, vamos a la calle”
- Dificultades al relacionar las palabras que conforman una oración, hacia los 4 ó 5 años: “Para tú” por “Para ti”; “El mesa sucia” por “La mesa sucia”, entre otros.
- Durante las conversaciones, interrumpe a su interlocutor y/o cambia de tema frecuentemente.
- Dificultades para producir palabras, a pesar de poder articular el sonido, haciendo su expresión poco clara: “tate” por “elefante”, “ete” por “caliente”, entre otros.
- Problemas en la socialización con niños de su edad porque no entiende lo que le dicen o porque sus expresiones son poco comprendidas por los demás.
Estas son algunas características de niños con problemas en su lenguaje, pero no todos presentarán TEL. Algunos niños, al realizar terapia alcanzarán el desarrollo adecuado conforme a su edad. Mientras que, otros mantendrán sus dificultades, las cuales los acompañarán a lo largo de su vida, tratándose de un TEL; por lo tanto, la intervención especializada se debe considerar con premura.
¿Qué acciones debemos tomar ante estas dificultades?
Es imprescindible que observemos con cautela las características del lenguaje de los niños y consultemos con especialistas desde edades tempranas, sólo así lograremos detectar e intervenir, con el objetivo de favorecer el pronóstico del niño. A continuación, se presentan algunas estrategias que pueden aplicarse en casa en el desarrollo de las actividades cotidianas:
- Hablar de manera pausada o más despacio al interactuar con el niño.
- Pronunciar claramente las palabras, sin mencionar diminutivos ni exagerar.
- Usar un vocabulario sencillo para transmitir los mensajes, el cual debe ser adaptado a las dificultades y necesidades del niño.
- Inicialmente utilizar frases simples pero correctas y luego, ir añadiendo información: “El niño duerme”, “El niño duerme en su cama”, “El niño duerme en su cama con su oso”.
- Fomentar la comprensión con el apoyo de gráficos (tarjetas, cuentos, dibujos) y con preguntas alternativas durante del juego o lectura de cuentos.
- Escuchar lo que el niño dice, tratar de entenderlo con ayuda del contexto y dar el modelo de lo que quiso decir: Niño: “Ma, ito cayó”, adulto: “¡Ah!, el carrito se cayó”
- Evitar decirle “no te entendí” y/o exigirle que repita sus enunciados de manera reiterada.
- Ante verbalizaciones no entendibles, pedirle de manera indirecta que repita o darle alternativas absurdas: Niño: “peo omio pe”, adulto ¿“el perro comió un pie”?.
- Adoptar una actitud positiva frente al niño, alentando y felicitándolo ante sus progresos.
El Instituto de Diagnóstico y Tratamiento del CPAL con el objetivo de llevar la mejor atención a más personas, inaugurará muy pronto su nueva sede en el distrito de Magdalena del Mar, en la que se brindarán los servicios de diagnóstico y tratamiento en las áreas de audición, comunicación, lenguaje, habla y aprendizaje.