Es frecuente escuchar la preocupación de los padres cuando dicen “mi hijo tiene un problema de lenguaje, no dice la rr” ¿Es esto correcto?
Antes que nada debemos saber que el Lenguaje es distinto del Habla. El lenguaje tiene como objetivo la comunicación interpersonal e implica el uso convencional de las palabras, sean estas habladas o escritas. Se desarrolla por procesos cognitivos que involucran reglas sociales comunes a un grupo determinado y tiene cuatro componentes. Se refiere a los aspectos semánticos (es decir el vocabulario y los conceptos que se representan por medio de la palabra); aspectos gramaticales (conjunto de reglas que permiten la formación de las oraciones); aspectos fonológicos (reglas de estructura y secuencia de los sonidos) y a los aspectos pragmáticos (es decir al uso apropiado de la comunicación).
Cuando hablamos del habla nos referimos a la realización motora del Lenguaje; es decir es un proceso complejo que abarca el sistema neuromuscular, que facilita los comandos motores responsables de ejecutar los ajustes necesarios para producir los sonidos del habla, por ejemplo, la secuencia motora requerida para producir el sonido rr.
Una adecuada producción del habla necesita del correcto posicionamiento de ciertas estructuras como los labios, la lengua, los dientes, el paladar blando, las mejillas, la mandíbula, la faringe, la laringe y los músculos respiratorios.
Ahora cabe preguntarnos :¿Cuál es el origen de la Alteraciones del Habla? Según Zorzi (2002), las alteraciones del habla pueden ser de origen:
Vamos a referirnos a las alteraciones de origen músculo-esquelético, por ser de gran incidencia en nuestro medio y porque afectan a muchos de nuestros niños. La evidencia científica apunta a que algunas funciones orales, así como algunas estructuras musculares y óseas, pueden interferir en la adecuada producción de los sonidos del habla. Entre las más frecuentes encontramos:
Las modificaciones en estas estructuras alteran los puntos articulatorios, produciendo palabras de forma errada, ya sea porque presentan sustituciones, distorsiones u omisiones de sonidos o imprecisiones articulatorias.
Si su niño(a) no produce adecuadamente algunos sonidos esperados para su edad, solicite una evaluación con una especialista en Motricidad Orofacial para que pueda establecer la causa del problema, y de estar dentro de su competencia, que realice el tratamiento.