En los últimos años, crece el consenso entre los expertos de que la tartamudez es una condición neurológica. Varios estudios han demostrado que el cerebro de las personas que tartamudean funciona de manera diferente al de las personas que hablan con fluidez, tanto en su estructura como en su funcionamiento. (Chang, Sommer et al).

Funcionamiento del cerebro en la tartamudez

Las investigaciones usando resonancia magnética funcional (fMRI) muestran que, en momentos de tartamudeo, se activa de manera excesiva el hemisferio derecho del cerebro. Esta activación ocurre en áreas importantes para el control del movimiento, como los ganglios basales y el cerebelo, que juegan un rol clave en la coordinación de los movimientos necesarios para hablar.

Cuando los ganglios basales no logran procesar la información correctamente para el área destinada a la producción del discurso, el cerebro intenta compensar esta falla usando el hemisferio derecho, lo que puede aumentar los episodios de tartamudez.

Efectividad de los tratamientos

Las investigaciones sobre cómo los tratamientos para la tartamudez influyen en los mecanismos neuronales centrales destacan que los enfoques basados en el modelado de la fluidez, como los inicios suaves y las técnicas de coordinación de la respiración con la fonación, pueden reducir de manera efectiva la severidad de la tartamudez.

Los estudios sugieren que estas intervenciones disminuyen la hiperactivación del hemisferio derecho y también contribuyen a normalizar la actividad de los ganglios basales. El objetivo de los tratamientos es potenciar la activación del hemisferio izquierdo, responsable del procesamiento del lenguaje, mientras se reduce la actividad en el hemisferio derecho.

Para lograr un cambio significativo en la manera en que el cerebro procesa el habla, es indispensable cumplir con dos requisitos clave: una práctica diaria constante y la firme creencia en la posibilidad de mejora.

Referencias

Soo-Eun Chang, Ph.D.2011 Gagueira. Usando a Neuroimagem para Desvendar os Mistérios da Gagueira.