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La ansiedad en la escuela en niños con Trastorno del Espectro Autista

La ansiedad en la escuela en niños con Trastorno del Espectro Autista

La ansiedad en la escuela en niños con Trastorno del Espectro Autista

Autor: Eliana Lavado Guerrero

Cuando hablamos de ansiedad, a menudo la percibimos de manera negativa, sin embargo es una respuesta natural que todos los seres humanos experimentamos. Es fundamental distinguir entre la ansiedad que en dosis pequeñas nos ayuda a sobrevivir, a adaptarnos a nuevas situaciones y a mejorar nuestro rendimiento; y la ansiedad clínica que es excesiva, prolongada y se activa ante amenazas futuras, generando comportamientos cautelosos o evasivos. Según Clark y Beck (2012 citado por Paula 2015:22), la ansiedad se define como un "un sistema complejo de respuesta conductual, fisiológica, afectiva y cognitiva que se activa al anticipar sucesos o circunstancias que se perciben como acontecimientos imprevisibles, incontrolables, que potencialmente podrían amenazar los intereses vitales de un individuo".

Diversos estudios demuestran que la ansiedad es frecuente en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y que su prevalencia es mayor en este grupo que en el resto de la población. En un meta-análisis realizado por Thiele-Swift y Santa-Dorstyn (2023), que sintetizó 15 investigaciones sobre TEA de los últimos 23 años, se halló que 1 de cada 3 jóvenes con TEA presenta síntomas clínicamente elevados de ansiedad y 1 de cada 5 fue diagnosticado con trastornos como fobia específica, ansiedad social o ansiedad generalizada. Aunque aún hay mucho por investigar, el DSM-5-TR (APA, 2024) menciona algunas manifestaciones de la ansiedad como aspectos que acompañan el TEA.

En el entorno escolar, muchas veces el horario está estructurado por los docentes, pero hay momentos del día en los que las reglas no son claras o el comportamiento de los compañeros no es predecible. Ejemplos de estos períodos incluyen los recreos, la cafetería, los cambios de aula y los tiempos de entrada y salida del colegio. Estos espacios de descanso o transición, que están llenos de ruido y movimiento de alumnos, profesores y personal de la institución, pueden resultar especialmente estresantes para un niño con autismo. Como menciona Martos (2006), “desde la mirada de un alumno o alumna con TEA, domina el ‘caos’ y la incertidumbre”. Además, la presión por establecer relaciones positivas con los compañeros y la constante estimulación sensorial representan desafíos significativos para los niños con autismo, quienes a menudo deben lidiar con la ansiedad al mismo tiempo.

Es fundamental comprender que, cuando un niño con TEA experimenta una crisis de ansiedad, esta no ocurre sin motivo ni razón aparente. Padres y maestros suelen percibir estas reacciones como inesperadas, por ejemplo, cuando un niño lanza un objeto o abandona el aula repentinamente. Sin embargo, casi siempre existe un factor desencadenante que activa la ansiedad, aunque no siempre sea fácil de identificar ya que los niños con TEA a menudo tienen dificultades para expresarlo de forma clara. En este contexto, el análisis funcional de la conducta se convierte en una herramienta clave para identificar el origen de la ansiedad, entender el propósito detrás del comportamiento del niño y, a partir de ello, implementar estrategias que permitan prevenir y manejar estas situaciones de manera efectiva.

Algunos factores que pueden contribuir a la ansiedad en niños con TEA incluyen:

  • Dificultades con la integración sensorial.
  • Hipervigilancia, o el intento de controlar todo en un entorno que perciben como descontrolado.
  • Dificultades para integrar la información basada en el lenguaje.
  • Respuestas ambiguas e instrucciones verbales confusas.
  • Dificultades para interpretar gestos faciales, corporales, lenguaje figurado y sutilezas en las relaciones.
  • Invasión de su espacio personal.
  • Transición de una actividad a otra.
  • La anticipación excesiva de eventos o actividades.
  • La falta de predictibilidad o estabilidad en su entorno social o emocional.
  • La exposición a situaciones nuevas o impredecibles, el constante cambio.
  • El esfuerzo por “encajar” o hacer masking (esconder sus síntomas).
  • La consciencia de las propias limitaciones.

 

Para ayudar a reducir la ansiedad en niños con TEA y fomentar su adaptación, es fundamental crear un entorno escolar y familiar más predecible y amigable. A continuación algunas recomendaciones a tener en cuenta:

  1. Mantener una comunicación constante y fluida entre la escuela y el hogar. Los padres son los mejores conocedores de sus hijos y pueden proporcionar información valiosa sobre los desencadenantes de comportamientos ansiosos.
  2. Crear un entorno lo más estructurado y predecible posible para los niños con TEA. Para ello, se recomienda establecer rutinas diarias claras, empleando apoyos visuales como horarios, agendas o esquemas, herramientas que ayudan a la organización y contribuyen a anticiparse y adaptarse a cambios inevitables.
  3. Contar con un espacio tranquilo y seguro en el cual el niño pueda acudir temporalmente para recuperarse en situaciones de crisis o cuando experimente sobreestimulación sensorial.

Estas pautas son solo un punto de partida, existen otros recursos que requieren de la orientación de un especialista en conducta y neurodesarrollo quien facilitará el diseño de estrategias personalizadas que respondan a las necesidades específicas del niño. Es fundamental tener en cuenta que, en los niños con TEA, toda conducta tiene un desencadenante, aunque no siempre sea evidente. Por ello es clave ponerse en su lugar y tratar de entender el caos que puede representar para ellos un entorno impredecible, ambiguo, cambiante, verbal y sensorialmente complejo. Dado que los niños con TEA no siempre pueden expresar lo que sienten o necesitan con palabras, la empatía y comprensión son fundamentales para ayudarlos a enfrentar desafíos.

 

Referencias

American Psychological Association [APA]. (2023). Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5-TR), 5° ed. Madrid: Editorial Médica panamericana.

American Psychological Association [APA]. (2014). Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5)

Accesibilidad, investigación y tecnología (15 de marzo del 2023). La ansiedad en las personas con TEA.) https://www.autismoburgos.es/la-ansiedad-en-las-personas-con-tea/

 

Diaz, I., De la Iglesia, G. (2019). Ansiedad: revisión y Delimitación Conceptual. Summa Psicológica UST. Vol. 16, N° 1, 42 – 50. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7009167

Martos, J. y Ayuda, R. (2006). El Síndrome de Asperger otra forma de aprender. Madrid: Equipo Deletrea.

Paula, I. (2015). La Ansiedad en el autismo comprenderla y tratarla. Madrid: Alianza Editorial.

Thiele – Swift, H. y Santa – Dorstyn, D. (2023). Prevalencia de ansiedad en jóvenes con autismo: una revisión sistemática y un meta-análisis de los moderadores metodológicos y de la muestra. Review Journal of Autism and Developmental Disorders. https://link.springer.com/article/10.1007/s40489-023-00427-w

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