1. ¿Por qué es importante comprender qué es la tartamudez, tanto para la persona que tartamudea, como para su entorno?
La adolescencia es un período difícil del desarrollo, el adolescente lucha para establecer su propia individualidad, así como relacionarse con su grupo de pares. Este período se asocia con miedos, confusión y búsqueda de aceptación. Para muchas personas la tartamudez no es solo tartamudear, sino temer hacerlo, anticipar consecuencias negativas, tener creencias erróneas acerca de sí mismo y de su papel como hablante; no valorar las veces que hablan fluidamente y evitan situaciones comunicativas por temor a ser descubierto y juzgado.
La tartamudez es una condición retadora: el comportamiento y las experiencias son individuales y variables, se percibe de manera diferente por el hablante y por el oyente, involucra más que solo disfluencias observables en el habla, puede tener un profundo impacto en la vida de la persona. Aprender sobre la tartamudez provee las bases para usar las técnicas y reducir la sensibilidad a la tartamudez; como terapeutas ayudamos a la persona que tartamudea a descubrir qué es lo que hace, qué interfiere con su habla. La ayudamos a comprender por qué siente pérdida de control de su habla (falla en el planeamiento motor) a la que responde con tensión para no quedarse atascado y aparecen los bloqueos, repeticiones, prolongaciones. La terapia de tartamudez exitosa involucra más que solo cambios en la fluidez del habla observable, son parte de nuestros objetivos también, reducir las evitaciones, los sentimientos y emociones negativas y mejorar las actitudes comunicativas. Entendiendo que la frustración, la ansiedad y la vergüenza son reacciones emocionales precipitadores, mantenedoras y reforzadoras de la tartamudez.
Hasta hace poco tiempo el tratamiento abordaba las conductas observables de la tartamudez, pero ahora reconocemos que para la terapia sea efectiva debe
abordar también las reacciones afectivas y cognitivas (pensamientos) esto desde niños, para reducir la ansiedad acerca de la tartamudez e incrementar su confianza como hablantes. Por lo tanto, el control de la tartamudez puede exigir tanto el control de eventos motores, como de eventos cognitivos y/o
emocionales.
Las personas que tartamudean generalmente viven en un ambiente que no comprende su trastorno. Esto aplica a:
Padres: que muchas veces solo quieren que su hijo deje de tartamudear (comprensible).
Maestros: que muchas veces no saben cómo responder.
Pares: quienes pueden molestarlos o no apoyarlos cuando ven que son molestados.
El entorno de las personas que tartamudean necesita entender la tartamudez. Incrementando la comprensión sobre la misma, lograremos reducir el impacto negativo de la tartamudez en las personas que tartamudean, mejorando su calidad de vida.
2. ¿Tener una visión comprensiva de la tartamudez contribuye a que las personas que tartamudean tengan una mejor calidad de vida?
La terapia de tartamudez exitosa involucra: Reducir el impacto negativo de la tartamudez en la vida de las personas que tartamudean, mejorando su calidad de vida e incrementando la comprensión de la tartamudez por las personas de su entorno. Una visión comprensiva de la tartamudez nos lleva a un tratamiento comprensivo de la tartamudez. Las personas que tartamudean muchas veces viven en un ambiente que no entiende su condición, esto lleva a que reciban reacciones negativas de los otros, bullying, discriminación en el trabajo. Las personas que tartamudean pueden aprender a defenderse por sí mismas, pero necesitan nuestro apoyo y comprensión. Por ejemplo:
El entorno escolar promueve el aprendizaje activo, interacciones en pequeños grupos, y hablar en público. Los miedos o preocupaciones sobre la participación comunicativa en el aula o actividades escolares pueden afectar el desarrollo de habilidades de los adolescentes que tartamudean. Programas que refuerzan las habilidades asertivas, la comunicación positiva, la aceptación de la tartamudez, y las formas de tratar con el tartamudeo ayudan a transitar estas situaciones.
Por otro lado, después de años trabajando con personas adultas que tartamudean, saco una conclusión: se mejora, se puede mejorar. Las técnicas de habla ayudan a los procesos de aceptación y al manejo de la ansiedad, pero…. si el miedo y/o la vergüenza por las disfluencias continúa, en determinadas circunstancias las técnicas no funcionan como lo esperaríamos. ¿De dónde viene ese miedo, esa vergüenza? De la ausencia de normalización, de comprensión, de aceptación. Lo mejor que podemos hacer por ellos es ayudarlos a normalizar su diferencia, como si llevasen anteojos, o fuesen muy delgados etc. Existe la tartamudez, no podemos negarla, está allí, la vemos, la escuchamos, “es” pero nada más, sin juicios, sin categorías, sin comparaciones. Propiciemos ser empáticos, ponernos en el lugar del otro, por ejemplo. ¿Cuál es el límite entre un chiste y el maltrato? El límite es el sufrimiento del otro. Si duele no es gracioso.
Entendiendo la comprensión desde los centros de estudios y de trabajo.
Las personas que tartamudean son tan inteligentes como las que no lo hacen, tienen las mismas ambiciones y objetivos de crecimiento y deben tener las mismas oportunidades para desarrollarse.
Es importante que se juzgue a las personas por sus habilidades y su desempeño y no por ciertos momentos menos exitosos de comunicación.
Entender que es mucho más fácil para una persona comunicarse si no se siente constantemente evaluado o juzgado.
Podemos concluir que nuestro objetivo es mejorar la vida, la comunicación y el habla de las personas que tartamudean, trabajando por un habla cómoda, con aceptación y naturalidad en sus comunicaciones.
Finalmente les puedo decir que no existe manual, curso o investigación que me haya enseñado más, que las emociones, el cariño y la empatía de las personas que tartamudean a las que he atendido en mi labor profesional.