Desde hace algunos años atrás, en el mes de septiembre, se ha ido poniendo especial énfasis en dar a conocer y generar conciencia sobre una dificultad que afecta el desarrollo de lenguaje de los niños, siendo conocido como trastorno de desarrollo de lenguaje o trastorno específico de lenguaje.
Este trastorno implica una alteración en el desarrollo de la comprensión y/o expresión del lenguaje, que afecta la organización de las oraciones, el uso de los sonidos de las palabras, la evocación del vocabulario, la comprensión de preguntas, entre otras características. Además, se presenta sin que haya algún otro trastorno o dificultad como un déficit cognitivo, autismo, pérdida auditiva, etc. que la pueda originar.
Esta limitación en el lenguaje va a generar dificultades en la interacción del niño con su propia familia, con el colegio y por ende con la comunidad. Es por ello que es necesario que estos niños sean atendidos oportunamente y cuanto más pequeños es mejor.
Considerando lo señalado anteriormente, es importante conocer algunos indicadores que se presentan desde las primeras etapas de desarrollo que nos ayudarán en la detección y la derivación oportuna. Por ejemplo, los niños que a los dos años no presentan más de cincuenta palabras claras para su entorno y aún no forman frases de dos elementos o estos son muy escasos deben ser derivados a una evaluación para que se puedan tomar las mejores decisiones. Es fundamental señalar también que hay niños de estas edades que pueden tener dificultades de comprensión, pero que pasan desapercibidos. Si bien hay un grupo de estos niños que va a tener un desarrollo regular, hay otro que va a presentar el trastorno de lenguaje, por este motivo es mejor que sean atendidos oportunamente para que puedan recibir el apoyo necesario y de esta manera reducir las consecuencias negativas que le puedan generar a lo largo de su vida. Por último, no debemos olvidar que la detección oportuna es la mejor opción para nuestros niños.