¿Qué significa: “leer bien”? Para responder a esta pregunta, seguramente pensamos en la lectura oral precisa y fluida. Sin embargo, hay muchos niños, adolescentes y adultos cuyos errores en la lectura son persistentes, es decir tienen una dificultad para la automatización de la descodificación de la lectura. Estas personas pueden pertenecer al 10% de la población con dislexia.
La dislexia es una dificultad específica del aprendizaje de la lectura que se caracteriza principalmente por un trastorno de en el procesamiento de los fonemas y automatización en la correspondencia con sus respectivos grafemas. Ello se debe, a una configuración distinta de ciertas zonas cerebrales y el funcionamiento de las mismas, es decir este trastorno tiene una base genética y hereditaria.
Es conveniente recordar que la dislexia es una condición que no debe impactar negativamente en la calidad de vida de las personas que la padecen; con una
detección temprana, acompañamiento especializado y soportes educativos necesarios realizan una escolaridad adecuada.
Quizá este término sea poco conocido dentro de la comunidad escolar peruana y por ello se piense que son casos aislados. Si bien es cierto, no se tiene cifras oficiales sobre la prevalencia en el Perú, diversos estudios internacionales sostienen que entre un 5 y un 15% de escolares padecen este trastorno. Es decir, de uno a tres niños de un aula de clases de 25 niños puede tener dislexia. El desconocimiento del trastorno genera ciertos mitos que perjudican a las personas que las padecen, sus familias y a la comunidad educativa en general. Algunos de ellos puede ser:
MITO 1: "La dislexia es un problema de visión".
Falso, la dislexia no es un problema de la vista sino de origen fonológico.
MITO 2: La dislexia es solo cosa de niños”.
Falso, la dislexia es una condición que persiste también en la vida adulta.
MITO 3: “Los alumnos con dislexia son poco inteligentes, o perezosos".
Falso, no existe relación entre la dislexia y alguna dificultad cognitiva. Son alumnos que se esfuerzan muchísimo y con estrategias adecuadas compensan
las dificultades de la lectura y escritura.
MITO 4: “La dislexia es un trastorno madurativo”
Falso, es una condición de vida y la gravedad de sus manifestaciones están en relación a los apoyos educativos y recursos cognitivos que poseen las personas que lo padecen.
MITO 5 “La dislexia no se puede detectar hasta la primaria". Falso, hoy en día conocemos ciertas habilidades como la conciencia fonológica y la velocidad de denominación; cuyas dificultades en su desarrollo anticipa un posible caso de dislexia.
MITO 6 “Los niños con dislexia solo deben practicar más horas de lectura”.
Falso, los niños con dislexia requieren de estrategias de enseñanza explicitas, intensivas y sistemáticas para automatizar las reglas de conversión grafema-
fonema.
MITO 7 “Las dificultades para leer generan altas capacidades en otras áreas”
Falso, algunas personas con dislexia presentan altas capacidades en otras áreas, pero estas no son consecuencia de la dislexia.
MITO 8 “la dislexia se puede tratar con aceites de pescado, lentes con lunas tinturadas o ejercicios de balanceo”
Falso, no existe evidencia científica sobre ese tipo de tratamientos. En cambio la enseñanza explicita y sistemática de la conciencia fonológica, conocimiento alfabético, las reglas de conversión grafema- fonema y vocabulario; ha demostrado ser efectiva.
Insistiremos en la información basada en evidencias, con la finalidad de brindar la detección y atención oportuna, hacer visible lo invisible es parte del cambio.