¿Qué podría estar pasando?

Aprender a leer es uno de los mayores retos durante los primeros grados de primaria, lográndolo casi todos los estudiantes. Pero existe entre un 5% a 10% de niños que no lo logra. Probablemente Lucas podría estar en ese grupo, presentando un trastorno severo de la lectura denominado dislexia. Este es un trastorno del neurodesarrollo que afecta el aprendizaje de la lectura de palabras en niños con inteligencia en la norma y que como consecuencia impacta en la comprensión de textos.

Su manifestación típica es la dificultad para aprender a leer palabras con precisión y velocidad:

- No domina o parcialmente las reglas de conversión letras-sonidos, cometiendo errores de sustituciones, omisiones, adiciones, inversiones y distorsiones al leer.

- No memoriza o parcialmente las características visuales u ortográficas de las palabras, leyendo lentamente por letras o sílabas en vez de hacerlo globalmente.

¿Se pudo detectar estas dificultades en el Nivel Inicial?

Por supuesto. Con una detección temprana se puede evitar esta problemática, pero sobre todo se pueden aplicar programas de estimulación con resultados eficaces. Ya en 1° grado es muy tarde, siendo las consecuencias el fracaso escolar y la baja autoestima.

¿Cuáles son los indicadores de riesgo en niños de 3 a 5 años?

Desde hace varias décadas, se ha determinado que el procesamiento fonológico es la habilidad fundamental para aprender a leer: transformar letras (grafemas) en sonidos (fonemas).

Por lo tanto los indicadores fonológicos de riesgo para la lectura son:

- Si no discrimina palabras parecidas auditivamente. Ej. pata/bata – elegante/elefante

- Si no juega con las palabras dividiéndolas en partes. Ej. za-pa-to

- Si no reconoce el sonido inicial y las terminaciones finales de las palabras. Ej gato/pato – pelota/pétalo

- Si repite con inexactitud palabras cortas y largas: Ej. pata – piata, chateca - chaqueta

- Si cambia el orden de los sonidos de las palabras al hablar. Ej. plato/palto

- Si tiene lentitud para decir el nombre de objetos, colores, animales entre otras.

- Si no relaciona que la letra inicial de su nombre y otras palabras familiares con los sonidos que las representan.

Indudablemente, un ambiente alfabetizador es crucial para reconocer la necesidad de aprender a leer. Un indicador de riesgo es:

- Si no identifica la funcionalidad del lenguaje escrito: ¿para qué sirve leer? Ej. Mamá lee la lista del supermercado para comprar la leche.

Finalmente, si usted observa que su niño o alumnos presenta estas dificultades solicite una evaluación especializada, y según sus resultados, una asesoría para la estimulación de estas habilidades desde la escuela y el hogar y/o la intervención por profesionales especializados.

¡Detección precoz, intervención oportuna!