Es nuestra responsabilidad aprovechar este tiempo para reflexionar, tomar conciencia y ser modelos de actitudes prosociales en situaciones de crisis.
La situación actual y mundial del COVID-19, coronavirus, ha puesto a prueba a nuestra sociedad en todo sentido. Es un reto médico, un amenaza para los gobiernos pero, sobre todo, ha significado un desafío para los ciudadanos: el poder demostrar cómo nos organizamos y manejamos en situaciones de crisis así como la puesta en práctica de nuestros valores. Hemos visto, en esta última semana, personas entrando en un estado de pánico, dejando de lado el sentido común, comprando en supermercados más de la cuenta, dejando a otros con poco o nada. Así también, sabiendo que el aislamiento social es clave en estos momentos, personas y hasta familias salen a reuniones, comidas, parques, entre otros, dejando de lado al bienestar colectivo.
Podemos mencionar más ejemplos pero, lejos de juzgar acciones o personas, mejor aprovechemos este contexto para reflexionar con sus hijos sobre la oportunidad que el coronavirus nos está dando para demostrar nuestros valores y, como padres, ser modelos de actitudes prosociales en situaciones de crisis. Podemos conversar de lo que significa ser responsables como es el informarse de fuentes oficiales y hacer caso a los expertos que nos lleven a tomar decisiones por el bien común, posponiendo actividades que nos gustaría hacer como ir al cine, de compras, pasar tiempo con amigos u otros familiares, en donde quedarse en casa significa ser responsable y empático, pensar en el otro.
Consecuente con ello, enseñamos a nuestros hijos a ser buenos ciudadanos siendo este un aprendizaje para el presente y aún más para su futuro, prevaleciendo el sentido de lo que es mejor para todos, comprometiéndonos hacer cosas por nuestra sociedad y cumpliendo con nuestra responsabilidad social. Esto luego sus hijos lo podrán proyectar a distintas facetas de sus vidas, en el colegio, con los amigos, con nuestro medio ambiente, entre otros.
Por otro lado, esta pandemia nos ha llevado a darle un valor agregado a la enseñanza de los hábitos de higiene que si bien ya lo sabíamos y hacíamos, ahora lo ponemos en rigurosa práctica no solo por uno sino porque podemos propagar el virus a otros, ahora pensamos que no es solo por mí, sino por ti. Así, la empatía y cooperación como valores se lucen cada vez que nos lavamos las manos y, al mismo tiempo, se viven emociones positivas cuando se sabe que ayudó.
Por otro lado, situaciones de crisis como estas nos llevan a enseñarles de forma clara y práctica lo importante que es la organización, planificación y autorregulación de nuestras emociones para una buena toma de decisiones, evitando el pánico, las especulaciones y uso responsable del tiempo en casa. Hacer una lista de compras, escoger lo necesario, pensar que este producto que dejo es para otro ya está enseñando valores como la solidaridad. Asimismo, la forma cómo en casa se han organizado para aprovechar el tiempo de sus hijos, bajo el mensaje: “no estamos de vacaciones”, con rutinas, horarios, hábitos y actividades programadas les enseña que ante hechos fortuitos o inesperados, detenerse a pensar y armar un plan de acción para afrontar los problemas es de gran ayuda, siendo un recurso personal a futuro para próximas experiencias.
Recordemos que en estas semanas sus hijos estarán más cerca de ustedes, observarán sus acciones y escucharán sus conversaciones. Este es el momento que como padres sean aún más conscientes de la importancia que tiene su ejemplo para ellos. ¿Cómo van aprender sobre la responsabilidad, cooperación, empatía o toma decisiones si ustedes no lo están haciendo en tiempos del coronavirus? Ustedes son el principal referente para sus hijos y el modelo que a futuro ellos podrían seguir. Si queremos una sociedad basada en el respeto, convivencia y bien común, aprovechemos esta coyuntura para ir trabajándola desde ahora.