No resulta fácil dar sugerencias a padres sobre cómo pasar las horas de ocio dentro de la cuarentena decretada por el gobierno a raíz de los problemas a nivel mundial ocasionados por el COVID – 19, por ello nos limitaremos a dar sugerencias prácticas de cómo convertir actividades lúdicas en aprendizajes importantes que, luego, se traducirán en el desarrollo de competencias básicas a desarrollar en la primaria.
Armar rompecabezas en grupo se puede convertir en una experiencia enriquecedora, lo importante es establecer estrategias antes de iniciar el armado de las mismas. Por ejemplo, si se trata de un gran rompecabezas, lo primero sería identificar las piezas de los bordes haciendo notar que estas son las únicas que tienen un borde recto en uno de sus lados; identificar las que se colocarán en las esquinas del marco (lados en esquina). Luego, seleccionar zonas según los colores de la imagen y buscar las piezas, identificar formas, comprobar y volver a iniciar con la siguiente pieza hasta concluir con el armado y apreciar el resultado.
Otra actividad muy significativa sería la preparación de queques. Mientras se seleccionan los ingredientes, se podría animar a los muchachos a descubrir por ejemplo 4 tazas de harina o azúcar son equivalentes a un kilo, que 4 tazas de líquido es equivalente a un litro y es cuando, sin mayor explicación, estaremos trabajando equivalencias. El elaborar una receta significa resolver un problema ya que implica: identificar datos, seguir procedimientos, ejecutar y comprobar resultados. En este caso la comprobación será cómo quedó el queque. Si el resultado es satisfactorio, quiere decir que no hubo error en le ejecución, pero si el resultado no fue el esperado, volver a repasar la receta, detectando alguna falla. Ante esta última situación, repetir el procedimiento practicando la misma receta con la falla corregida hasta lograr el producto.
Con las más pequeños se puede trabajar con cajas, armar cuerpos geométricos y descubrir las formas que los componen. Con las cajas podrán armar carros, trenes, muebles o lo que su imaginación les ofrezca, esto les permitirá desarrollar conceptos de espacio, forma, tamaño, dimensiones evitando así el trabajar a un solo plano, es decir, solo lápiz y papel.
Pocas veces nos animamos a incluirlos en tareas de cocina, pues pensamos que puede ser peligroso, pero si se distribuyen las tareas, es gratificante para los niños ser parte del producto, por ello sugerimos preparar el menú entre todos: lo primero será identificar los ingredientes con los que contamos, hacer un menú para la semana. Preparar cada receta incluyendo a los hijos, ya sea picando alguna verdura, lavándola, deshojando, o separando semillas de alguna vaina. Tomar el tiempo que implica cada cosa, remover para evitar que se queme; servir los platos implica calcular la cantidad que se podrá para cada comensal.
Es decir, todas estas actividades cotidianas, se convertirán en aprendizaje significativos en sus hijos, además, serán fuente para alcanzar competencias matemáticas.