Aprendizaje

Todo proceso educativo es interactivo, pues se da entre personas, y estas, tienen características propias; de su especie y de su individualidad. No olvidemos que: actuamos, aprendemos, sentimos de maneras distintas. Estas diferencias físicas, psicológicas, neurológicas son propias de nuestra naturaleza por lo tanto debemos considerarlas cuando se trata de enseñar.

Autor: Patricia Sambuceti Canessa, Sub Directora del Colegio Antares - CPAL

Partiendo de esta reflexión, a todos quienes nos encontramos involucrados en el proceso de enseñanza aprendizaje, nos queda reflexionar sobre qué hacer frente a las diferencias de estilos de aprendizaje de los alumnos, los estilos de enseñanza entre los profesores, y la diversidad de crianza que recibimos de nuestros padres.

La enseñanza obligatoria nos debe llevar a plantearnos el qué hacer frente a toda esta diversidad. Como ya dijimos, los profesores se enfrentan a un amplio grupo de personas, con intereses, motivaciones, conocimientos y estilos de aprendizaje muy diferentes entre sí. Por lo tanto, este tema, el de la diversidad, se debe convertir en el aspecto medular de la misma.

Actualmente contar con un currículo flexible y abierto, que permita considerar estas diferencias en el momento de la programación, en la elección de los contenidos, en el desarrollo de capacidades y las competencias es la expresión concreta de una medida de atención a la diversidad. En respuesta a cómo abordar el problema, el Ministerio de Educación propone un Diseño Curricular Diversificado, que permite al centro educativo, seleccionar las competencias, capacidades y contenidos a las características de cada grupo humano, a cada región con la que se va a trabajar, a las características de los docentes y alumnos.

Sin embargo, surge la incógnita, ¿deben permanecer las escuelas especializadas? La misma ley de la inclusión, ¿garantiza a los estudiantes, recibir una educación de calidad?, ¿están los maestros y las escuelas preparadas para recibir a todos los niños con necesidades educativas especiales?, ¿todos los maestros somos capaces de crear programas diversificados según los perfiles de estudiantes que tenemos a nuestro cargo?, ¿los estudiantes con dificultades específicas de aprendizaje deben o no asistir a una escuela especializada?

No pretendemos dar respuesta a todas ellas, eso le corresponde analizarlo a cada entidad, y grupo de maestros, y por supuesto a las autoridades educativas ya que se trata de una ley y por lo tanto la población exigirá se respete y se les atienda conforme lo demanda.

Quisiéramos argumentar el por qué en el caso de las dificultades específicas de aprendizaje (DEA) debemos ser muy cuidadosos antes de ofrecer un servicio sin el conocimiento específico de este trastorno.

¿Cuáles son las razones de escoger una escuela que atienda a los estudiantes con DEA?

- Docentes altamente capacitados y entrenados en el abordaje de la lectura, escritura y cálculo; así como en el manejo de estrategias socioemocionales.
- Elaboración de perfiles individuales y grupales para atender a la necesidad individual del estudiante
- Experticia en los docentes en el desarrollo de estrategias de enseñanza aprendizaje en niños que por diversos motivos no aprende a la par de su grupo etario.
- Los docentes y psicólogos son capaces de discernir si el problema de lectura se debe a fallas en los procesos léxicos, sintácticos y/o semánticos. Y cuando se trata del cálculo, pueden determinar qué habilidades básicas, y de numeración están afectadas. De esta manera abordan directamente la dificultad con la finalidad de compensarla.
- Tienen dominio sobre los trastornos comórbidos que acompañan a las DEA como el trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDHA) y el trastorno del desarrollo motor (TDM).
- Todos los estudiantes de la escuela tienen dificultad específica de aprendizaje, TDHA y/o TDM.
- Los estudiantes se sienten mejor dispuestos a participar en las clases al sentirse comprendidos.
- Trabajan con pocos alumnos por clase

¿Cuál es la preocupación que tienen los padres de familia al momento de tomar la decisión de buscar un colegio para un hijo que presenta este trastorno?

- ¿Acaso mi hijo no es inteligente, por eso me recomienda una escuela especializada? ¿Va a ser etiquetado como un niño incapaz de aprender?
- ¿Será la escuela para toda su escolaridad? O ¿es pasajera?
- ¿A esta escuela asisten niños que tienen las mismas dificultades que mi hijo?
- ¿De qué escuelas provienen los otros estudiantes?
- ¿Cuántos estudiantes hay por aula?
- ¿Podrá ingresar a la universidad?
- ¿Superará el problema?
- ¿Los estudiantes normalmente reciben apoyo adicional fuera de la escuela?
- ¿Se va a relacionar con niños o jóvenes de otras escuelas?
- ¿Adónde van los estudiantes una vez que terminan la escuela?
- ¿Qué porcentaje continúa su educación y dónde?

Quisiera cerrar este artículo con información de los resultados de una investigación que realizamos en el colegio, y de investigaciones internacionales.
- El 95 % de los alumnos que culmina la secundaria realiza estudios universitarios.
- El 70% de estudiantes escoge estudiar en universidades privadas. Un 30% realiza estudios en Institutos de Estudios Superiores.
- A los 5 años de haber iniciado los estudios superiores el 58% los concluye. 40% aún está estudiando y un 2% desertó.
- El 22% de los egresados se encuentra realizando estudios de post grado.
- 77% de los estudiantes que culminaron su carrera, trabajan en el campo relacionado a los estudios realizados.

A manera de reflexión:
Las dificultades específicas de aprendizaje no son un dictamen para el fracaso. Con una correcta calidad de instrucción, guía y soporte no existen límites sobre los que pueden lograr (Horowitz, citado por Cortiella y Horowitz, 2014).

Es urgente una detección oportuna, ya que los efectos de la atención temprana tienden a perdurar en la edad adulta (Mateo y López, 2011).

Se hace imprescindible una correcta identificación del alumnado con DEA, no sólo a partir de la opinión del profesor sino también a partir de unos criterios diagnósticos específicos, para que la respuesta educativa sea más eficaz, antes de que el déficit pueda impedir la integración social y laboral (González, Jiménez, García, Díaz, Rodríguez, Crespo, Artiles, 2010).