La importancia de la organización del tiempo de los niños

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Autor: Katía Córdova  Peña, profesora del colegio Fernando Wiese Eslava-CPAL

La organización en la vida de un niño(a) favorece la posibilidad de desarrollar un orden interno que le permite organizar su mente, su capacidad de ordenar y entender sus propios pensamientos, emociones y acciones. Por ello, debemos poner especial atención en las diferentes etapas del desarrollo del niño(a) y en qué herramientas les estamos brindando, en pro de una adecuada organización.

Para los niños pequeños (edad pre - escolar), es muy importante organizar sus hábitos diarios;  tener una hora para comer, bañarse y una preparación previa antes de dormir. Ello contribuye a desarrollar una noción del tiempo y facilita la capacidad de organización y concentración. También ofrece estabilidad y seguridad emocional al niño(a).

Con respecto a los espacios de juego libre, estos deben ser incluidos en la rutina diaria del niño(a) y deben ser programados con un inicio y un final. El juego es una de las mejores herramientas para el aprendizaje en esta etapa, por lo que es importante destinar un espacio para que el niño(a) juegue y respete esos tiempos. Mencionarle, por ejemplo que podrá jugar hasta que sea la hora de bañarse o cenar, puesto que luego deberá prepararse para ir a dormir; esta explicación ayudará a que organice su juego y facilitará el paso de una actividad a otra.

Para niños a partir de los 6 años (etapa escolar, primer grado), se espera que maneje ciertas nociones de organización de su propio tiempo, por lo que se debe fomentar que elabore por sí mismo(a)  un horario que incluya sus tareas escolares, responsabilidades, así como sus tiempos de ocio y descanso. Asimismo, este horario debe ser realista y acomodarse a las posibilidades del niño(a); debe servir como una herramienta de organización, más que como una fuente de ansiedad y frustración. Como menciona la psicóloga Liliana Tuñoque, La clave radica en evitar saturarlos, pues el niño debe tener espacios para hacer lo que le gusta: ver televisión, jugar, descansar.”

Puede resultar de gran ayuda armar con nuestros hijos un horario,  de cómo se verá su semana y colocarlo en un lugar visible. Ello le permitirá al niño(a) anticiparse y organizarse, lo cual tendrá repercusiones positivas en su rendimiento y capacidad de concentración. Al organizar las rutinas es importante preguntarnos  ¿estamos dando suficiente tiempo libre o está  saturado de actividades.

En síntesis, es conveniente siempre reflexionar e intentar que exista un balance entre las responsabilidades y el tiempo de juego que tiene un niño(a), pues ello permitirá el crecimiento saludable en él/ella.

La presencia de los padres, el vínculo y la participación tanto del niño(a) como de la figura cuidadora en las actividades diarias deben ser aprovechados. La hora de la cena, del baño,  de los juegos en familia, entre otros, pueden ser espacios donde se incentive la escucha y el diálogo familiar, permitiendo  conocer las actividades que más disfrutan y  aquellas en las que presentan dificultades. 

Debemos centrarnos en construir una rutina agradable y saludable que les permita crecer y desarrollarse tanto en lo académico, como lo social y emocional.

 

Referencias
- Anzar, A. (2019). El orden y su importancia en la  educación infantil.
- Tuñoque, L. (2012). La importancia de los horarios en los niños.

 

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