Todos aspiramos a un envejecimiento saludable, pero ¿qué debemos practicar para que nuestro cerebro se siga manteniendo saludable? De manera general, sabemos que una buena alimentación y ejercicio físico son algunas buenas prácticas para conseguirlo, sin embargo, gracias a los avances científicos y al boom de las neurociencias ampliaremos las prácticas cotidianas con actividades que nos propongan pequeños retos explorando en nuestros hobbies y pasatiempos, nuestras relaciones sociales y hasta en el uso de la tecnología.