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¿Leemos por placer o por obligación? 5 consejos para estimular la lectura en la educación inicial

Fecha: 21 MARZO 2020

Ninguno de nosotros discutirá la importancia de la lectura en nuestras actividades cotidianas, sociales y académicas. Sin embargo, ¿lo hacemos por iniciativa propia, por el simple disfrute personal? ¿Cuánto tiempo le dedicamos diariamente con este objetivo, qué tipo de textos elegimos, comentamos sobre lo que hemos leído naturalmente?

Autor: Jennifer Cannock Sala, Directora del Colegio Antares – CPAL

Existen estudios que afirman que la lectura es un problema social porque los adultos leemos poco, mal y por obligación. La lectura por placer no está integrada en nuestro estilo de vida. ¡Pero, no nos desanimemos! A la vez, la investigación sobre alfabetización inicial o emergente plantea que desarrollar hábitos lectores para leer por placer antes de la escolarización formal está al alcance de las familias. Es un eslabón fundamental para que cuando se enseñe formalmente el código escrito, los niños ya sepan el valor del lenguaje escrito como sistema comunicativo. La construcción del hábito lector requiere un largo aprendizaje y, sobre todo, exige un esfuerzo continuo.

¿Cómo podemos desarrollar leer por placer antes del aprendizaje formal del código escrito en las escuelas?

La lectura oral de cuentos y otros textos en forma interactiva y dialogada entre el adulto y el niño es una de las formas de lectura que facilita la construcción temprana de significado textual, es decir, valorar para qué sirve la lectura. La estrategia más empleada es la “lectura compartida” o “shared reading”.  Algunos consejos:

1. “Oír los libros”: Lo fundamental es el interés, motivación y disfrute del niño con los textos, siendo el cuento el más recomendado en estas edades, aunque también podemos introducir otros textos. Es así, que los padres leen en voz alta, mientras el niño ve y escucha, y ambos interactúan sin tener una motivación hacia la enseñanza de sonidos, letras o palabras, o de comprobar los contenidos. Simplemente modelar como interactuamos con un texto: qué nos quiere decir el autor. A veces tendemos a simplificar el vocabulario, en vez de explicarlo y ampliar el vocabulario, ya sea mirando las imágenes (“Fernando salió al parque con su papalote. ¿Qué significará papelote?”) o dando una explicación sobre el significado de una palabra leída (“Los leones tienen uñas retráctiles, es decir, sus uñan entran y salen; son distintas a las nuestras”)

2. Emplear “estrategias interactivas”: Antes o durante la lectura compartida con nuestros hijos, podemos propiciar la observación de las imágenes, plantear preguntas sobre las imágenes o lo leído (¿qué vemos aquí?), hacer predicciones sobre lo leído (¿qué pasaría si …?,¿cómo continuará la lectura?, ¿por qué crees que pasará eso?), reaccionar ante lo leído haciendo comentarios sobre el contenido, los sentimientos de los personajes o los nuestros (“No sabía que habían hormigas tan grandes”, “Yo me hubiera sentido muy triste si me hubiera pasado lo mismo que a Fabiola”), si cambiaríamos el final de la historia. También es bueno pensar en voz alta: por ejemplo, después de ver la carátula, leer el título del cuento “Pete y la llave” podemos plantear el propósito lector: “Ah, entonces leeremos para descubrir que pasará entre el ratón y la llave” o al querer armar algún juguete, cogemos la hoja de instrucciones y comentamos “Aquí nos dicen que pasos seguir para armar este juego. Si no seguimos las instrucciones, no funcionará bien”.

3. “Todos los días y sin interrupciones”: Lo ideal es encontrar un espacio y tiempo diario para leer por placer, estableciendo una rutina diaria, como por ejemplo, antes de ir a dormir,   después de almorzar, a media tarde. La mejor manera de potenciar la lectura es crear un hábito y hacer que el niño relacione ese tiempo al disfrute.

4. “Yo quiero leer …”: La libertad de elección del texto por el niño es fundamental. Mostrar interés por sus lecturas los alienta a continuar leyendo y a sentirse apreciados. Involucrémonos en los títulos, personajes y géneros favoritos de los mismos. También es común que los niños en esta etapa deseen leer muchas veces un mismo cuento. Hay que permitirlo y poco a poco, gracias al modelado, introducir diferentes tipos de textos, como adivinanzas, afiches, comics, recetas, entre otros que promoverá diferentes propósitos y formas de lectura. No nos olvidemos de abrir las puertas a la lectura digital, ya que la tecnología y el papel pueden convivir armónicamente.

5. “Si tú lees, ellos leen”: Los alumnos poseen una capacidad innata para imitar modelos de conducta, y en este caso lectoras.  Por ello, es un requisito básico un contexto alfabetizador familiar que brinde recursos y experiencias en los que participa el niño relativos al contacto con situaciones placenteras de lectura. Una apreciable cantidad de niños no ven a sus padres o a otros adultos leer y disfrutar de la lectura en sus horas libres. Debemos predicar con el ejemplo.

Finalmente, la lectura compartida plantea los siguientes beneficios:

1. A nivel cognitivo: Se amplían los conocimientos y experiencias, se enseña a interpretar mejor los hechos y las acciones, a organizar y retener mejor la información, a hacer inferencias y utilizar esquemas mentales.  

2. A nivel lingüístico: Se incrementan el vocabulario receptivo y expresivo, la estructuración de las oraciones y la organización de las ideas en general.

3. A nivel afectivo: Se facilita descubrir para qué sirve la lectura gracias a nuestra voz y la entonación dada, al ver que se lee por pasar un rato juntos. 

La lectura compartida en voz alta, en interacción y diálogo entre adulto y niño, es una estrategia que debemos utilizar para desarrollar el gusto y el placer de leer. ¡Buenas estrategias, buenos estudiantes!

 

Referencias

- Santana, R., Alemán, J. & López, M. (2017). Leer por placer: ¡lo primero, oír los libros!. Aula Abierta 46 (2017), págs. 83-90

https://doi.org/10.17811/rifie.46.2.2017.83-90

- Llamazares Prieto, M. T. (2016). Lectura compartida y estrategias de comprensión lectora en educación infantil. Revista Iberoamericana De Educación71, 151-172. https://doi.org/10.35362/rie7109

- Lluch, G., & Sánchez-García, S. (2017). La promoción de la lectura: un análisis crítico de los artículos de investigación. Revista española de Documentación Científica, 40(4), e192. http://dx.doi.org/10.3989/redc.2017.4.1450

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